Se nota que comenzó el año. Ya estoy tapada de pega y un calendario pegado en la pared al lado del compu que va llenando sus casilleros con las cosas que tengo que hacer.
Para variar, y a pesar de estar a punto de parir, estoy tapada de pega.
Así es. Después de mucho tiempo, y varios intentos, comenzaré a hacer clases en la Academia, lo que me tiene muy feliz y agradecida de mi amiga Andrea.
Sigo en la UNAB y en Arcis, por lo que este semestre estará dedicado a la docencia y a la crianza.
Espero terminar pronto la pega pendiente del verano, que me tienen bien complicada por ponerle mucho y ser demasiado perfeccionista.
Estoy cansada, con la guata gigante me canso el triple haciendo menos cosas, pero debo reconocer que me ha hecho muy bien tener trabajo durante el embarazo. Me he sentido útil, me hace feliz trabajar pensando en que va en beneficio de mi hijo y llena mis horas de manera tal que pienso menos en tonteras.
En todo caso no habría sido posible sin la ayuda, y parece agradecimiento de premio Oscar, de mis amigas, en las que incluyo colegas, ayudante, secre, imprescindibles.
Mientras afino programas, cronogramas, guías de apoyo, preparo clases y acumulo fotocopias, espero que el Borja decida nacer.
Las clases comienzan el lunes 12, al menos en Arcis y en la Academia. Si elBorja no ha nacido aun, podría ir a presentar programas y hacer un bloque pero debo reconocer que no me da el corazón ni el espíritu para aparecerme por Arcis en este momento. Me siento super vulnerable y no quiero sorpresas. No quiero no poder apurar el paso, cargar mi bolso y no verme como siempre. ¿Cobardía? Puede ser, pero sobre todo, ataque de dignidad. Y no es que me sienta poco digna, sino que simplemente en este minuto reniego un poco de mi eterna defensa a mostrarse y que nos vean frágiles. No se lo merece y tampoco se merece ver mi preciosa guata. Y yo no me merezco verlo y tampoco me merezco no verlo.
Lo que lamento es tener que esperar para felicitar y abrazar al Compañero por su nuevo cargo de director de escuela.