Debo decirlo
Citando el clever título de algunos de los posts del Pato, después de ciertos eventos acaecidos necesito decir algunas cosas.
En las últimas semanas he escuchado y se han escuchado, en las audiencias más variadas y lamentablemente llegando a mis oidos, una serie de afirmaciones que me involucran de manera directa.
Más allá de la veracidad de dichas afirmaciones, que no tiene sentido someter a escrutinio, porque da lo mismo, me tienen CHATA las opiniones, juicios, advertencias, cuestionamientos, recomendaciones, llamados a la cordura, reposicionamientos en la realidad, etc. etc. etc. que han sido esgrimidos supuestamente por mi bien, por mi estabilidad emocional, por mi tranquilidad, imbuidos únicamente de preocupación por mi bienestar y buenas intenciones.
Recuerdo una vez haber escuchado una frase que decía algo así como, con los amigos a la tumba, pero nunca enterrarse con ellos. ¿Tiene que ver con todo esto? Por supuesto.
Es posible que los últimos eventos acaecidos en mi vida sean para algunos mi mejor acto de cavar mi propia tumba. Si lo creen, está bien, jamás les pediré que se entierren conmigo. De hecho hoy en la mañana lo afirmé sin temor a equivocarme y me cito "yo no te involucré en esto".
Si mis elecciones y decisiones fueron acertadas o no, el tema es mío.
Si lo único que hice fue echarme encima puros problemas, el problema es mío.
Y por sobre todo, soy la única que eventualmente podría someter a juicio parte importante de los eventos, única y exclusivamente porque la que los vive soy yo.
He aprendido mucho con esa historia:
Cada vez estoy más silente, cada vez me vuelvo más prudente, cada vez me cuido y cuido a los que quiero más, y por sobre todo he aprendido lo fundamental del respeto y la lealtad.
Tengo también mucho por que agradecer:
Esas amigas incodicionales que siguen respetando mi fe; las mismas que me putean si no como o no llamo al doctor y que a la vez me cuidan cuando me siento mal.
Esas caras de sorpresa, risas nerviosas, comentarios torpes y abrazos perfectos a destiempo que llegan de vez en cuando.
Y lo más importante, a pesar del gran susto del miércoles, estamos bien y mi guata crece.
Dicen que el mundo está lleno de buenas intenciones, yo sigo prefiriendo el abrazo perfecto y la mano amiga cuando hay que apretar los dientes.