¿Cuánto más crecerá?

Mi panza cada día está más grande y parece un globo que se va a reventar.

He seguido usando mi ropa todos estos meses y alguna de embarazada, pero ahora con esta panza gigante ya nada me queda bueno y todo me molesta.

La única forma de andar cómoda: guata al aire, como en la foto.

Si por tamaño de panza se calculara la fecha de parto, yo debería estar con el bolso listo y casi camino a la maternidad. Los cálculos apuestan a febrero, para mi cumpleaños o incluso antes.

Ojalá sea así, puesto que las ganas de tener al Borja en brazos y de paso poder dejar de dormir semi-sentada son cada día más grandes.

Casa Nueva

Me cambié de casa el sábado 16 de diciembre y recién ahora siento que estoy instalada.

Tengo muebles que antes no tenía (un comedor, respaldo de cama y veladores), hay una pieza para el Borja, una terraza, cortinas y algunas plantas que han sobrevivido ya una semana en mi poder. Mis libros están ordenados y mis cd's por primera vez descansan en un 'contenedor'.

De a poco las cosas han ido encontrando su lugar, de a poco el caos se ha ido transformando en orden, o más bien armonía y en el medio estoy yo. Acostumbrándome a un espacio nuevo, con nuevos ruidos, con nueva luz y por sobre todo con nueva escenografía para la 'nueva etapa'.

De vez en cuando entro a la pieza que será del Borja y miro su cuna, saco su ropa y la ordeno y saco la cuenta de las semanas que faltan para que llegue. Cada vez son menos, obvio, pero cada vez la espera se hace más larga. Y las preguntas se agolpan en forma más atolondrada en mi cabeza trantando de atisbar una pequeña pista del cómo va a ser una vez que mi hijo nazca.

Siguiendo el sabio consejo de no pensar tanto, leo, intento trabajar y disfruto a concho lo poco que queda de mi embarazo. Me detengo a sentir cada patada, cada movimiento de esta guata gigante que no me deja dormir y sonrío. A fin de cuentas, estoy ad portas de recibir mi mejor obra, el mejor trabajo realizado, a mi hijo, al Borja.