Wednesday, February 28, 2007

33

Y ya son 33 años, la edad crística.
Debo reconocer que muchas veces pensé que no iba a alcanzar a llegar o que algo iba a pasar cuando los cumpliera. Algo grande y trágico.
Bueno, que mis 33 marcarán el inicio de una nueva etapa en mi vida está claro y es evidente. Mi hijo está a punto de nacer. Así que se viene algo grande, lo más grande del mundo y lo mejor es que es la razón para estar muy, pero muy, muy feliz.
A la hora de los balances, que me suenan algo bizantinos, no me quejo. Estoy a la espera de que llegue mi mejor regalo de cumpleaños, rodeada de gente que me quiere mucho y sobre todo tranquila.
Mis amigas me han hecho muy feliz llamando desde Granada, Montevideo, Talca y Puerto Chacabuco.
Tengo la certeza de que si las cosas han sido de la forma en que han sido es por algo. En el camino se han quedado algunos y han llegado otros y debo insistir en que no debería quejarme.
Asumiendo lo golosa que soy, es cierto que espero siempre un regalo, el regalo, pero también se que hace rato debería haber dejado pasar la vieja.
No me complica reconocer que lo quiero de vuelta, no se me arruga la cara, no atenta en contra de mi dignidad ni de mi amor propio, sino que simplemente es así.
En todo caso, insisto, es de goloza, porque si de amores se trata, el amor me rodea, de ese incondicional, del aperrado, del 4x4, de ese del abrazo para esconderme a llorar o para partir con doña guata a una tocata de Sol y Lluvia en el Parque O'higgins.
Ese es mi mejor regalo y por supuesto mi rockstar a punto de nacer.

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Edad crística
y grandiosa manera de comenzarla.

Que vengan más milagros grandes y pequeños, que salten las barreras, que seas feliz
que sigas creyendo


que el cinismo duele mucho

un abrazo, si no perfecto, al menos con todo mi cariño

4:40 PM  
Blogger Unknown said...

crística y con bebe, si essto es de flipar religioso. Pero es seguro ke será niño de bien para enorgullecer a su madre

7:34 AM  

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