Velada encantadora

Yule definitivamente nos trae sorpresas, y como bien dice Blades "la vida te da sopresas, sorpresas te da la vida, ay si".

Quizás los últimos avatares de mi vida académica militante me han situado en un espacio que extrañaba y necesitaba.

El miércoles me topé con la patrulla juvenil y recibí una encantadora invitación que no pude rechazar.

Son las cinco de la mañana del día sábado, tengo que hacer clases en cinco horas más y vengo recién llegando de una velada que, por decir lo menos, fue encantadora.

Por carácter y por opción, en mi gremio de origen, no desarrollé esos espacios de socialidad 'íntima' en casa. Curiosamente la vida, ahora me regaló desarrollarlos con mis compañeros de trabajo y compañeros en sentido más literal de la palabra.

Tal como vaticinó la pequeña Lulú, el tema fue Arcis, obvio, es lo que nos juntó. Como excusa, fue la perfecta y terminamos discutiendo teoría, de la más profunda, literalmente acerca de la existencia objetiva de la 'realidad' y fue increíble.

Las historias personales de los comensales absoluta y completamente disímiles, dispares e incluso incompatibles, se tornaban en extremo comunes a la hora de 'arreglar el mundo'.La empatía, la sensación de vivir en un 'emic' compartido, al menos a mí, me superó.

Que no quede como una reunión 'grave', fantaseamos con la fiesta medieval que se avecina y los disfraces que podríamos llevar cada uno.

Me siento feliz, siento que mi rueda está girando nuevamente hacia la configuración de esos espacios personales que tenía tan desplazados.

Gracias totales por esta velada encantadora, y deseo, desde lo más profundo, que sea la primera de muchas.

Salud con licor de oro.